martes, 11 de mayo de 2010

Sanidad


La difusión del SIDA (Síndrome de la Inmuno-Deficiencia Adquirida) es un problema alarmante en Sudáfrica al descubrirse en 2005 que más del 31% de las mujeres embarazadas estaban infectadas por el VIH y la tasa de infección entre los adultos se situaba próxima al 20%. El vínculo entre el VIH, un virus de transmisión principalmente por un contacto sexual, y el SIDA fue largamente rechazado por el antiguo presidente Thabo Mbeki y la entonces ministra de Sanidad Manto Tshabalala-Msimang, quienes insistían en que la mayoría de muertes en el país estaban asociadas a la malnutrición y al elevado nivel de pobreza, y no al VIH.

En 2007, en respuesta a la presión social, el gobierno comenzó a volcar sus esfuerzos en combatir el SIDA.En septiembre de 2008 Thabo Mbeki fue forzado a dimitir por el congreso de Sudáfrica y Kgalema Motlanthe fue nombrado presidente en funciones. Una de las primeras acciones del Sr. Motlanthe fue reemplazar a la ministra de sanidad Tshabalala-Msimang por la actual ministra, Barbara Hogan.

El SIDA afecta principalmente a aquellas personas sexualmente activas y es mucho más frecuente en la población negra. La mayoría de personas que mueren son también personas que están trabajando, por lo que el resultado es que en muchas familias se pierde la fuente de ingresos al hogar. Esto ha supuesto así mismo la fundación de muchos 'Orfanatos SIDA' quienes en muchos casos dependen del estado para su cuidado y soporte económico. Se calcula que hay a día de hoy unos 1.200.000 huérfanos en Sudáfrica. Muchas de las personas mayores han perdido así mismo el apoyo de las miembros más jóvenes de sus familias. Aproximadamente cinco millones de personas están infectadas por dicho virus infeccioso.

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